Aunque todas podemos imaginarnos lo molesto que debe ser tener un grupo de personas con cámaras siguiéndote todo el día, Justin debería controlar un poco su carácter si no quiere seguir metiéndose en problemas.
Esta vez, le tiró una botella de agua a un grupo de paparazzis que lo esperaban a la salida de un shopping en Miami. Él había ido de compras vestido con una remera blanca, un pantalón azul marino, una gorra de beísbol y algunas cadenas de oro.
Al parecer nadie resultó herido, pero no tenemos que olvidarnos que las leyes en los Estados Unidos son súper estrictas y cualquiera de estas cosas pueden ser tomadas por la policía como “agresión”.
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